Sobre la muerte y
los moribundos
Para iniciar este ensayo, retomare un poco sobre la introducción
de este libro, lo que el autor quiere plasmar es este escrito.
En este libro la doctora desarrolla su teoría sobre las cinco
fases por las que ha de atravesar un paciente al que se le diagnostica una
enfermedad mortal: Negación, ira, pacto, depresión y aceptación de la muerte.
Señala cómo siempre hay que dejar al enfermo un hilo de esperanza en su
curación para ayudarle a atravesar estas fases y que los familiares deben
aceptar también el fin del ser querido a fin de no hacerle sufrir
innecesariamente.
Menciona que el
personal hospitalario debe ser capaz de entender las fases que atraviesa el
enfermo y que frecuentemente en esos momentos sus necesidades son más
psicológicas que terapéuticas. Nos habla de cómo podemos ayudar desde nuestra
naturaleza humana a las personas que viven cercanas a la muerte, y a su vez,
como podemos permitir que ellos nos ayuden a nosotros mismos, enseñándonos como
el sentido de la muerte puede dirigir nuestras vidas hacia una expresión
enriquecedora de la muerte y el dolor. Sobre la muerte y los moribundos cubre
esta carencia, esta obra muestra cómo controlar dichas emociones y cómo
transformar las actitudes para aliviar el sufrimiento psicológico.
Por ello, este libro es no solo indispensable para
profesionales de la sanidad y psicólogos, sino también para todas las personas
que deseen abordar su futuro con responsabilidad.
Enseguida iniciare a retomar lo que es el capítulo I,
"Sobre el miedo a la muerte". Este capítulo nos introduce al miedo
que se enfrenta el moribundo antes de abandonar esta vida, de igual forma nos
da un panorama general sobre la manera en cómo, algunas culturas, consideran a
la muerte y los tabúes que se ha generado en torno a la misma.
Con algunos ejemplos, nos sugiere que antes de abandonar la
hermosa vida, arreglemos nuestros asuntos para no dejar problemas a los deudos
y por último toca un asunto delicado: “la evasión de la realidad y las mentiras
contadas a los niños” cuando uno delos padres ha muerto y el daño moral y
psicológico que se les puede ocasionar.
La doctora Elisabeth Kübler escribe, "Cuando volvemos la
vista atrás y estudiamos las culturas de los pueblos antiguos, constatamos que
la muerte siempre ha sido desagradable para el hombre y probablemente siempre
lo será. Desde el punto de vista de un psiquiatra, esto es muy comprensible, y
quizá pueda explicarse aún mejor por el conocimiento básico de que, en nuestro
inconsciente, la muerte nunca es posible con respecto a nosotros mismos".
Para nuestro inconsciente, es inconcebible imaginar un verdadero final de
nuestra vida aquí en la tierra, y si esta vida nuestra tiene que acabar, el
final siempre se atribuye a una intervención del mal que viene de fuera.
La muerte es uno de los principales miedos para los seres
humanos, tenemos una idea tan errónea de lo que consiste y que es un proceso
normal, y que cada ser lo vivirá de distinta manera (religiones, creencias)
pero siempre imaginando que habrá después de esta muerte. Algo muy importante
que la doctora nos recalca en este capítulo es la idealización que dejamos a
los niños sobre la muerte. Menciona que cometemos un error en no involucrarlos
en este proceso de duelo.
Es importante que ellos
se sientan parte de esto, que comprendan que es un proceso natural que se tiene
que vivir en familia. La mayoría lo que hace es decir "por su bien, hay
que mandarlos con algún familiar", y no es así, por qué el alejarlos les
hace creer una idea de duda, de saber que lo que pasa es algo malo, prohibido,
donde solo los adultos tienen que saber.
El hecho de que se permita a los niños permanecer en una casa
donde ha habido una desgracia y se les incluya en las conversaciones,
discusiones y temores, les da la sensación de que no están solos con su dolor y
les da el consuelo de la responsabilidad compartida y del duelo compartido. Les
prepara gradualmente y les ayuda a ver la muerte como parte de la vida.
Es una experiencia que puede ayudarles a crecer y a
madurar". La doctora también menciona, es porque se les da el aspecto de
dormidos a las personas ya fallecidas, negando y temiendo a la única realidad,
muerte. Al moribundo se le trata como un completo desconocido, no se le
considera para decisiones, en casa, en hospital, el que está a su cuidado o
familiares toman decisiones por el, sin saber cómo se está sintiendo o que es
lo que en realidad desea.
No existe la cultura de tomar en cuenta al paciente moribundo,
en el caso de un hospital el paciente puede pedir a gritos descanso, paz y
dignidad, pero sólo recibirá infusiones, transfusiones, un aparato para el
corazón o la traqueotomía si es necesario. Puede que quiera que una sola
persona se detenga un solo minuto para poder hacerle una sola pregunta. Pero se
encontrará con una docena de personas pendientes del reloj, todas activamente
preocupadas por su ritmo cardíaco, su pulso, su electrocardiograma o sus
funciones pulmonares, sus secreciones o excreciones, pero no por él como ser
humano.
Relacionando
este primer capítulo con las perdidas y duelos, puedo mencionar que las
perdidas las vivimos todos, y es claro que cuando decimos todos nos referimos a
niños, jóvenes adultos y adultos mayores.
A
lo largo de la lectura del libro, la psicóloga Elisabeth Kübler-Ross nos
propone las 5 entapas para la elaboración del duelo presente a una perdida. Las
cuales ya han sido mencionadas anteriormente Negación, ira, negociación,
depresión y aceptación.
Que
pasa en nuestros años anteriores, la muerte ha sido catalogada como hasta
ahora, huir de esta etapa que corresponde a la vida. La mayoría vivimos con un
miedo ante la muerte, ante este proceso tan natural.
Algo que no olvido y retomo para este ensayo
es, que aunque todos los duelos suelen tener elementos comunes, cada uno
constituye una respuesta adaptativa individual. Claramente lo menciona este
capítulo, con el tiempo de los años la forma de pensar va cambiando las
pérdidas a las que nos enfrentamos de igual manera son diferentes. Pero algo
importante es que conservamos gran parte de las culturas y de acuerdo a la
religión retenemos esos miedos que no permiten recibir nuevas cosas o aceptar
los procesos naturales que tenemos.
El sentido de la vida y el significado de la muerte, son inquietudes universales, y en el
caso de la muerte, estas inquietudes proceden,
entre otros aspectos, del miedo a lo desconocido.
Esta
parte del capítulo donde Yalom efectúa una magistral exposición al respecto en
su obra Psicoterapia Existencial,
en la que, desgrana el miedo universal a la muerte, y en la que por ejemplo,
describe cómo la muerte es una fuente primordial de angustia, y como tal, es un
manantial primario de material para la psicopatología.
Así,
como bien sabemos, el miedo en nuestra civilización, ha convertido la experiencia de la muerte en un gran
tabú.
El tabú es fruto de una actitud y como tal, es susceptible de cambio.
Cambiar actitudes, no es fácil, aunque sí es posible.
En esta su primer obra la doctora Elisabeth Kübler-Ross hace una propuesta que cambio
totalmente muchos aspectos sobre la muerte, y no solo para los moribundos, sino
también para estas personas involucradas, dícese familiares, amigos, conocidos,
etc.
Pero sobre todo nos queda claro que no solo es ante la
muerte, si no ante cualquier perdida, o separación que surge el individuo.
Es muy importante que la persona esté consciente que este
proceso de pérdidas es tan natural, y que todos sin excepción alguna las
tenemos que vivir.
Cada pérdida importante puede ser también una oportunidad de transformación, si podemos integrar
la amplia y profunda gama de sentimientos, emociones, actitudes, creencias,
ideas, omisiones y acciones implicadas en el proceso.
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