jueves, 24 de octubre de 2013

FANTASMAS




Los fantasmas (del griego φάντασμα, "aparición"), en el folclore de muchas culturas, son supuestos espíritus o almas desencarnadas de seres muertos.

En mi lugar de residencia, se han creado bastantes historias referente a este concepto de fantasmas. principalmente los habitantes creen que el fantasma es que la persona que no concluyo algo en este mundo y se quedo en pena por las calles o el lugar en el cual está lo pendiente.

Existen diferentes leyendas por ejemplo "la llorona" la cual narra la historia de una persona vagando por una misma razón día tras día, llora y grita buscando a sus hijos, que ella misma mató.
Otro "fantasma" del cual la gente cuenta es "el jinete sin cabeza", de igual manera el recorre las calles cabalgando en su caballo con una capa negra y una espada en mano, se ignora la razón o el pendiente por el cual vaga por las calles.

Un articulo menciona lo siguiente; Una parte muy importante de este conjunto de creencias, presente en casi todas las culturas bajo diferentes formas, es aquella sobre la existencia de fantasmas, ya sean las almas de los difuntos, o «cuerpos ectoplásmicos» e «impresiones psicoplásticas», como especulan los modernos «investigadores» de lo paranormal.

Desde siempre ha habido testimonios de fantasmas y apariciones, y los relatos se encuentran presentes en casi todas las civilizaciones y grupos humanos.
 Siendo así, algo debería haber de cierto en ello, ¿no lo parece? Ciertamente, algo tan difundido tiene que ser una experiencia casi inherente a los seres humanos, pero, del mismo modo que si vemos una luz en el cielo -que no podemos identificar de momento- no es lo más sensato saltar a la conclusión de que se trata de una nave con visitantes interestelares, igualmente no debemos asumir que si sentimos una presencia o vemos una figura extraña es porque forzosamente estamos ante un espectro, un ánima en pena o un ser de "otros planos de existencia". 

No usar nuestra capacidad de razonamiento y sentido crítico sería negar las mismas cualidades que nos hacen humanos: nuestra inteligencia, y la habilidad de usarla para comprender la realidad.

Entonces, si desde siempre y en todo el mundo la gente ha relatado haber visto estas apariciones inexplicables, ¿qué pueden ser? Primeramente, una importante cantidad de testimonios sobre fantasmas, íncubos y –la nueva moda- secuestros por alienigenas, refieren que éstos ocurren usualmente en los momentos en que la persona está por dormir o a punto de despertar. 
Pues bien, se conoce lo suficiente sobre el funcionamiento del cerebro humano como para mencionar al menos un par de fenómenos que pueden explicar muchos de estos casos: la parálisis del sueño y los terrores nocturnos.

La parálisis del sueño consiste en que, cuando el organismo se prepara a dormir, las partes del cerebro que controlan los movimientos voluntarios del cuerpo (como de brazos y piernas, por ejemplo) se bloquean, para que podamos descansar sin que nuestros propios movimientos accidentales nos despierten o puedan lastimarnos.

 Pero en ocasiones el cerebro sigue en un estado próximo a la vigilia, o sea, la persona está consciente de su entorno y puede incluso abrir los ojos, pero no puede moverse y siente una opresión al respirar (el famoso «se me cargó el muerto») y suele presentarse una sensación de angustia o temor extremos, e incluso la idea de una presencia extraña y maligna. 

Todo esto desaparece al poco rato de despertar realmente. En este estado de «duermevela» pueden presentarse alucinaciones hipnagógicas, imágenes y sonidos que nuestro cerebro crea, como en sueños, pero estando la persona consciente parecerían completamente reales, cuando sólo están en la propia mente. 
El terror nocturno consiste en que la persona despierta repentinamente, gritando y muy asustada, sin recordar nada de lo que pudiera haber estado soñando, pero con un pánico que dura a veces varios minutos. 

Desde otra perspectiva, J. Lacan elaboro el concepto de fantasma para dar cuenta de una argumentación lógica que comanda la relación del sujeto con su deseo. En términos generales, la función de los fantasmas es doble: por un lado asustan, por otro lado sostienen cierta realidad en la que creemos. Realidad siempre construida con diferentes materiales tales como cosas vistas, palabras oídas, interpretaciones.
Puede decirse que el fantasma es una máquina de “verdades”. La verdad que encierra el fantasma es singular, y se esconde detrás de un velo, una pantalla, aparece y de repente desaparece, pero siempre está. 
Cuando aparece nos asusta, pero cuando desaparece sostiene todas nuestras creencias, es la realidad 
psíquica. Esta doble cara del fantasma facilita un abanico de variantes a la hora de entender las cosas, las relaciones, los proyectos, la propia identidad. 

El fantasma también escribe la forma en que disfrutamos o sufrimos. Esto sucede por la sencilla razón de que se trata de un argumento armado por el sujeto, es una respuesta a una pregunta. El fantasma revela la forma en que el sujeto pudo responder frente a aquello que no tiene respuesta, por eso el fantasma muestra una escena imposible.

Volviendo a las películas de espíritus, vemos que el fantasma puede ser tocado y no sufre ninguna alteración. La única forma de que los espíritus descansen en paz es si los atravesamos por completo conociendo su historia. Es en éste momento cuando el velo cae. Eso a lo que más le temíamos se quita el disfraz y que hay debajo: nada. Detrás del velo está el vacío.
Podemos decir que el fantasma es una ficción que cuando se atraviesa deja de asustar y permite producir.



martes, 15 de octubre de 2013

Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC)




Albert Ellis formuló el primer sistema de terapia cognitivo-conductual denominado terapia racional emotiva conductual cuyo objeto es modificar los núcleos cognitivos disfuncionales (ideas irracionales) que subyacen a los estados de perturbación psicológica.


Origen histórico


Albert Ellis presentó en 1957 un modelo de intervención psicoterapéutica denominado Terapia Racional en el que enfatizaba el papel de las creencias en el desarrollo de los trastornos emocionales (cambio de creencias como solución).  En 1993 volvió a cambiar el nombre por terapia racional emotiva conductual.

Ellis siempre ha destacado como apoyo esencial a sus teorías los escritos y opiniones de importantes filósofos y pensadores (estoicos, epicteto). Los principios éticos y humanistas que suma la TREC en la ayuda a las personas a maximizar su individualidad, aceptación incondicional, y libertad, muestras de influencia de filósofos existencialistas; el marcado efecto del lenguaje sobre nuestros pensamientos (influencia de semánticos) o la idea de que es necesario condenar el pecado pero no al pecador, proveniente de la filosofía cristiana.

Las influencias psicoanalíticas provienen de Adler  (ansiedad del ego), Karen Horney (tiranía de los deberes). También han tenido gran influencia los primeros terapeutas de conducta (Dunlap, Watson y Rayner). Los aspectos conductuales estaban presentes en las primeras versiones de la TREC.


Fundamentos teóricos y filosóficos


La TREC considera al ser humano como un organismo complejo y biopsicosocial con una fuerte tendencia a establecer metas y propósitos y tratar de conseguirlos (permanecer vivo, y obtener el mayor bienestar posible y evitar el malestar). El resto de metas se derivan de ellas.


Los ABC de la terapia racional emotiva conductual



Cuando los individuos intentan conseguir sus metas se van encontrando con acontecimientos activadores (A) que les permiten o dificultan la consecución de sus metas en función de la valoración que realicen. Ellis propone el modelo ABS para analizar relaciones entre acontecimientos, cogniciones y consecuencias.

Los acontecimientos activadores (A) por si mismos no provocan consecuencias emocionales, conductuales o cognitivas (C); estas dependerán de cómo se perciba o interprete (B) dicho acontecimiento activador. Las creencias B sobre A explican la respuesta C, siendo B el mediador entre A y C.

También se reconocer influencia de A sobre B y C, y de C sobre A y B. Un elemento activador A (enfermedad) puede producir consecuencias emocionales, conductuales y cognitivas (C) y generar, al mismo tiempo, una serie de creencias (B).

Los seres humanos no pueden tener experiencias (A) sin hacer inferencias sobre ella (B) que siempre tendrán consecuencias (C). Difícilmente se percibe, interpreta o valora (B) y se actúa, se siente o se piensa (C) si no hay ningún elemento activador (A).

LA TREC se ha centrado en resaltar la repercusión de las creencias racionales e irracionales (B) en las consecuencias emocionales y en la consecución de las metas y propósitos.


Mecanismos cognitivos del malestar


Ellis define las creencias racionales como cogniciones evaluativos de significado personal que son de carácter preferencial que se expresan en forma de deseo, preferencia, gusto, agrado y desagrado. 

Los pensamientos irracionales son cogniciones evaluativas de carácter absolutista y dogmático (debería/tendría) y generan emociones negativas perturbadoras que interfieren en la consecución de metas que proporcionan felicidad. La racionalidad e irracionalidad se definen en la TREC de modo relativo, no absoluto. Las creencias irracionales son similares al constructo de esquema negativo (Beck). Son parecidas a los esquemas irracionales (DiGiuseppe). Maultsby señala tres criterios que cumples las creencias o esquemas irracionales: 1) no responden a la lógica y son inconsistentes con la evidencia empírica, 2) son automáticos, y el individuo no es consciente del papel mediador que ejercen sobre sus pensamientos, y 3)obstaculizan la consecución de metas.

La teoría de la TREC se centra en resaltar la importancia de cuatro formas de pensamiento irracional (más que en enumerar pensamientos irracionales):

  • Demandas o exigencias
  • Catastrofismos
  • Baja tolerancias a la frustración
  • Depreciación o condena global de la valía humana

Ellis considera que las creencias anteriores se derivan de demandas o exigencias absolutistas de los debería o tendría. Wessler considera que en ocasiones las creencias anteriores pueden ser primarias, y en otras ocasiones ser consecuencia de los debería o tendría. Existe evidencia empírica a favor de la hipótesis de Ellis sobre el carácter primario de de los pensamientos de demanda y exigencia y el carácter secundario de las evaluaciones catastrofistas, baja tolerancia a la frustración y depreciación.


Tendencias biológicas básicas


Ellis reconoce la influencia social y cultural en el pensamiento irracional, pero también afirma que personas con una educación racional tienden a transformar sus preferencias en demandas absolutistas sobre si mismo, los demás y el mundo. Sugiere dos tendencias biológicas importantes: 1) la tendencia a pensar irracionalmente (convertir sus fuertes preferencias en exigencias absolutistas), 2) la capacidad de elegir cambiar sus creencias irracionales si así lo desean.


Emociones adaptativas y desadaptativas


La TREC considera que no todas las emociones negativas son disfuncionales, no todas las emociones positivas adaptativas o saludables. Las emociones adecuadas (amor, alegría, placer, curiosidad, dolor, tristeza, frustración, incomodidad, malestar) son todos aquellos sentimientos positivos y negativos que va experimentando un individuo a lo largo de su vida que no interfieren con el establecimiento y consecución de sus metas. 

Los sentimientos positivos inadecuados son la grandilocuencia o prepotencia, y los negativos inadecuados (incremental la percepción de malestar y bloquean el afrontamiento) son la ira, depresión, ansiedad, desesperación, desesperanza, incapacidad o inutilidad.
Según Ellis, las emociones negativas y positivas saludables estarían asociadas a pensamiento racionales, y las emociones positivas y negativas perturbadoras estarían asociadas a pensamiento irracionales.


Ansiedad perturbadora y ansiedad del yo


Ellis considera que cuando se presentan demandas absolutistas y estas fallan, se genera malestar emocional que dará lugar a dos tipos de perturbación psicológica: 1) Ansiedad del yo, 2) ansiedad perturbadora.

La ansiedad del yo se define como un malestar emocional intenso que se acompaña con frecuencia por sentimientos fuertes de depresión, vergüenza, culpa o incapacidad. La ansiedad del yo supondría el autodesprecio de la persona por no cumplir las exigencias que tiene sobre ella mismo, los otros y el mundo.

La ansiedad perturbadora hace referencia al malestar emocional que experimentan las personas cuando: 1) consideran que su vida o bienestar se encuentran amenazados, 2) consideran que deben o tienen que conseguir lo que desean necesariamente, y 3) consideran que es terrible, horroroso o catastrófico, en lugar de desagradable o incómodo, no conseguir lo que creen que deben o tienen que tener. En definitiva, la ansiedad perturbadora implica una baja tolerancia a la frustración que se origina por las demandas a si mismo, a los otros o al mundo que tienen que ver con normas dogmáticas. La tolerancia a la frustración es la alternativa saludable. La ansiedad perturbadora puede ser un síntoma primario o secundario, pero según Ellis suele ser secundario. Puede confundirse con ansiedad generalizada.

Ellis resalta la necesidad de tratar de forma independiente estos dos tipos de ansiedad aunque a veces se solapen, porque en cada uno de ellas están implicadas creencias irracionales diferentes: ansiedad del yo implica incompetencia o descalificación personal, y en la ansiedad perturbadora implica no aceptación del malestar o consideración de que las emociones negativas son malas.


Filosofía de vida y salud psicológica


La importancia de los aspectos filosóficos queda reflejada en la consideración de lo que se entiende por creencias irracionales y en las dos principales perturbaciones psicológicas.
La TREC ayuda a las personas a elegir y asumir como propio una filosofía de vida (ver pag. 330). Si no se cambia la filosofía de base pueden surgir nuevas creencias irracionales.
La teoría de la TREC argumenta que si bien una filosofía de vida basada en absolutismos y demandas está en la base de muchos problemas emocionales, una filosofía basada en el relativismo y en lo deseable es una característica central de la persona psicológicamente saludable.


Adquisición y mantenimiento de las alteraciones psicológicas


La TREC no ha elaborado ninguna teoría específica para explicar cuál es el mecanismo mediante el que se adquieren los problemas psicológicos. La TREC si hace un propuesta sobre cómo se mantienen o perpetúan los problemas psicológicos.

La tendencia biológica a pensar irracionalmente no es similar en todos los seres humanos. El mismo contexto no da siempre lugar a pensamientos irracionales en diferentes sujetos.  Lo que realmente es decisivo es cómo nosotros mismos vivimos e interpretamos nuestras experiencias.

Ellis señala tres Insights de los que carecen (no necesariamente todos) las personas que mantienen trastornos emocionales.
La perturbación humana viene determinada por las creencias irracionales. So la persona que padece un trastorno emocional considera que se debe a los acontecimientos negativos, en lugar de a sus creencias, tratará de cambiar las situaciones.

Si las personas siguen reafirmando sus creencias rígidas y extremas, estas se mantendrán. Tratar de buscar el origen de sus creencias, en lugar de cambiarlas, da lugar a que se mantengan.

Sólo practicando creencias racionales alternativas se conseguirán cambiar.
Un factor importante en el mantenimiento del malestar emocional es la baja tolerancia a la frustración. Considerar que se debe sentir incomodidad, malestar o dolor (hedonismo a corto plazo) impide en ocasiones alcanzar un mayor bienestar a largo plazo (hedonismo a largo plazo).  Ejemplo: fumar.

Otra propuesta de explicación de la perpetuación de los trastornos psicológicos es la teoría freudiano sobre los mecanismos de defensa. Según la TREC, las personas utilizan diversos mecanismos de defensa (evitación, racionalización, negación, etc..) para negar la existencia de problemas o minimizar su gravedad.

Dos factores adicionales considerados por la TREC son la percepción y valoración del coste y beneficio por trabajar el cambio de creencias y su consecuencia emocional, y la profecía autocumplida (ambientes y conductas que apoyan las creencias irracionales).


El proceso de la terapia racional emotiva conductual


Fases del proceso


El proceso de intervención TREC puede dividirse en cinco fases: 1) evaluación psicológica, 2) evaluación racional-emotiva, 3) insight racional emotivo, 4) aprendizaje de una base de conocimiento racional y 5) aprendizaje de una nueva filosofía de vida.


Evaluación psicopatológica

El primer paso es realizar una exploración psicopatológica completa. En el caso de poblaciones clínicas se comienza con la evaluación racional emotiva, propia y específica de la TREC. En los clientes que no sufren ningún trastorno psicopatológico especial se comienza directamente con la evaluación racional emotiva.


Evaluación racional-emotiva

Se comienza realizando una lista con los problemas que presenta el cliente, clasificándolos en internos (reacciones emocionales intensas o disfuncionales) y externos (dependen del ambiente), y primarios o secundarios. El objetivo es detectar creencias que encierren exigencias absolutistas, catastrofismo, baja tolerancia a la frustración o auto-descalificación general.
En general es conveniente comenzar trabajando los problemas secundarios puesto que pueden estar incrementando los síntomas primarios. El orden es: a) los problemas secundarios, b) los problemas primarios, y c) los problemas externos.
Se establece una primera aproximación a las relaciones entre acontecimiento activadores (A), creencias irracionales (B) y consecuencias emocionales (C). A continuación se fijan las metas globales siguiendo el modelo teórico TREC.


Insight racional-emotivo

A continuación se explican los principios teóricos que sustentan la TREC así como los tres insight que se deben alcanzar. El deseo de cambio de creencias irracionales no es suficiente, es necesario trabajar duramente y de forma constante.


Aprender una base de conocimiento racional

En esta fase se lleva a cabo la TREC ya que se enseña y entrena una base de conocimiento racional que permita refutar creencias irracionales.


Aprender una nueva filosofía de vida

Se pretende alcanzar dos objetivos: 1) instaurar creencias racionales, 2) fortalecer el hábito de detectar, debatir y refutar creencias irracionales como las exigencias absolutistas, catastróficas, etc...


Estructura de las sesiones

Pasos a seguir:
  1. Preguntar al cliente por el problema a tratar durante la sesión. No es necesario continuar con el problema de la sesión anterior (importante refutar creencias irracionales).
  2. Definir y acordar los objetivos concretos de la sesión porque no en todas las ocasiones coinciden terapeuta y cliente.
  3. Llevar a cabo proceso ABC y establecer relaciones.
  4. Debatir terapeuta y cliente creencias irracionales específicas tratando de adoptar nuevas creencias racionales alternativas.
  5. Revisión y discusión durante la sesión de los autorregistros de las sesiones anteriores.
  6. Elegir, definir y acordar nuevas tareas a realizar entre sesiones.
  7. Trabajar aspectos que facilitan la realización de estas tareas.

Estilo terapéutico y relación con el cliente


Estilo terapéutico

Se activo y directo para evitar el fuerte arraigo de las creencias.
Ser verbalmente muy activo. El terapeuta debe estar continuamente haciendo preguntas y cuestionando pensamientos para estimular a la persona a cuestionarse sus creencias.
Ser didáctico
Saber promover cambios en la filosofía de vida.
No fomentar la catarsis puesto que considera que sus efectos terapéuticos son muy limitados y puede reforzar creencias a largo plazo.
Ser flexible, el carácter antidogmático y no absolutista es la premisa básica de la TREC. Es conveniente evitar mostrar un estilo muy directivo con personas dependientes, un estilo demasiado activo con personas muy pasivas, un estilo demasiado intelectual y racional con personas obsesivas y un estilo muy amigable y emotivo con personas histéricas.


Relación con el cliente

La relación interpersonal con cliente asume la mayor parte de los principios básicos señalados por Roger de aceptación incondicional, empatía, respeto y autenticidad. En la TREC se considera que no todas ellas son necesarias y ninguna es suficiente. Otras que pueden favorecer la alianza terapéutica son:
  • Aceptación incondicional. Ellis considera que el terapeuta no debe mostrar una especial calidez, atención, cuidado y apoyo hacia el cliente puesto que aceptar no significa amar o aprobar, y puede reforzar las creencias irracionales. Bajo ciertas condiciones (depresión grave o ideas suicidas) es necesario mostrar mayor calidez y posteriormente ir estableciendo distancia.
  • Empatía. La empatía filosófica (entender las creencias) es fundamental en la TREC para evitar que el cliente piense que el terapeuta no le comprende.
  • Ser genuino (abierto y accesible). Puede hacer auto-revelaciones como forma de modelado.
  • Tener sentido del humor. Especialmente valorado en el TREC. Ellis cree que la perturbación psicológica surge porque las personas se toman demasiado en serio a si mismas, a los otros, o a los acontecimientos. No siempre es adecuado usar el humor, ya que no todos los pacientes lo entienden, o les parece oportuno.
  • Estilo terapéutico informal (el cliente ve que el terapeuta se aplica a si mismo la filosofía de vida). 

Principales técnicas de intervención


Técnicas utilizadas en el transcurso de las sesiones



Técnicas cognitivas

Las técnicas cognitivas son las técnicas por excelencia en la TREC. Las más utilizadas son: a) discusión y debate de creencias, b) entrenamiento en auto-instrucciones, y c) distracción cognitiva e imaginación.
Discusión y debate de creencias

Es el procedimiento más relevante y genuino de la TREC. Tres tipos de argumentos para debatir creencias irracionales: empíricos, lógicos, y pragmáticos (utilidad). Las técnicas de discusión más usadas en la TREC son las técnicas de didácticas de persuasión, entre las que cabe destacar las siguientes: Análisis y evaluación lógica (análisis de premisas y de incongruencia de la premisa con la conducta. Razonamiento deductivo para demostrar que una conducta no se deriva de una creencia, razonamiento inductivo para mostrar como una creencia no se deduce de una conducta),reducción al absurdo (llevar al extremo la creencia para mostrar los absurdo de las consecuencias) , análisis y evaluación empírica, contradicción con el valor apreciado (contradicción entre creencias del cliente), apelar a consecuencias negativas (consecuencia negativas de los auto-mensajes), apelar a consecuencias positivas.

Los estilos del terapeuta pueden ser: socrático (formula preguntas abiertas), didáctico, metafórico (contar historias), humorístico, y teatral (escenificar creencias).
Entrenamiento en auto-instrucciones
Útil para personas con dificultades intelectuales o no pueden seguir el método socrático. Se le pide al cliente que apunte en tarjetas auto-instrucciones y las practique en situaciones particulares.

Distracción cognitiva e imaginación
Entre estos procedimientos destaca la relajación progresiva de Jacobson y la imaginación.

Estas técnica sólo se utilizan ante situaciones de muy alta intensidad emocional o facilitar el afrontamiento inicial, y siempre de forma temporal para que la persona aprende a darse cuenta de que puede enfrentarse a situaciones amenazantes, incrementando así su tolerancia a la frustración.


Técnicas conductuales

Las técnicas más usadas son el role-playing y la inversión del rol racional. Cuando el proceso de identificación y debate de creencias está muy avanzado, se puede llevar a cabo entrenamiento en habilidades sociales y estrategias de resolución de problemas.

Ensayo de conducta
Inversión del rol racional. El terapeuta adopta el rol del cliente y verbaliza las creencias irracionales subyacentes a sus problemas. El paciente adopta el rol del terapeuta y debe discutir las creencias (necesita tener ciertas habilidades).

Refuerzo y castigo. El refuerzo positivo se utiliza muy poco en la TREC (muchos problemas emocionales tiene su base en la necesidad de aprobación social). Si se entrenan técnica de auto-refuerzo y auto-castigo.

Entrenamiento en habilidades sociales. Previamente se han de haber interiorizado creencias racionales con respecto al ridículo, fracasos, etc..

Entrenamiento en solución de problemas.


Técnicas emotivas

En la TREC se utilizan numerosas técnica emotivas como la imaginación racional emotiva y procedimiento humorísticos (sesiones cargadas de emoción).
Imaginación racional emotiva. Una de las más usadas en la TREC. Consiste en pedir al cliente que trate de cambiar ante una situación imagina determinada una emoción negativa muy perturbadora por otra mas apropiada o moderada, modificando para ello las creencias irracionales que acompañan a la emoción de intenso malestar.
Técnicas humorísticas. Muchas perturbaciones emocionales se deben al exceso de dramatismo o seriedad con el que nos tomamos a nosotros mismo o las cosas que nos ocurren en la vida.


Técnicas utilizadas en la realización de trabajo en casa

Un elemento fundamental de la TREC es el trabajo realizado fuera de las sesiones para evitar creencias arraigadas durante años. Algunas de las técnicas más frecuentes son:


Técnicas cognitivas

Autorregistros. Procedimiento APRA detectar entre sesiones las relaciones entre los ABC y para el auto-debate y refutación de creencias. A medida que se avanza en la terapia los autorregistros pueden contener casillas adicionales con auto-reflexiones socráticas y creencias alternativas.

Proselitismo racional. Según Ellis es bueno que el cliente intente enseñar a sus amigos y personas cercanas los fundamentos de la TREC para afianzar su filosofía racional.

Debatir grabaciones. De el o de otros para reflexionar acerca de sus problemas.

Auto instrucciones racionales. Con dramatización.

Biblioterapia.


Técnicas conductuales

Las técnicas más utilizadas son de exposición en vivo a estímulos amenazantes de alta o mediana intensidad:

Tarea de toma de riesgos. Consiste en pedir al cliente que realice una tarea que para el suponga un cierto riesgo de fracaso o perturbación emocional.
Inundación in vivo. El objetivo es que el individuo compruebe que es capaz de tolerar niveles altos de malestar emocional y rebatir sus creencias de no ser capaz de soportarlo.

Ejercicio de metas fuera de lo corriente. Se pide a la persona que establezca objetivos que impliquen incrementar conductas de baja frecuencia o reducir la frecuencia de una actividad de frecuencia elevada.

Auto-refuerzo y auto-castigo.


Técnicas emotivas

Los que se utilizan con mayor frecuencia son la imaginación racional emotiva, ejercicios de ataque de vergüenza y el uso del sentido del humor.
Ejercicios de ataque de vergüenza
Uso del sentido del humor.

El refuerzo positivo, aun no siendo recomendable en general, se suele utilizar con pacientes deprimidos durante las primeras fases. Las técnicas de inundación o exposición a situaciones muy aversivas o de alta intensidad emocional no parecen ser muy aconsejables con personalidades histéricas.


Técnicas que tienden a evitarse en la TREC

La TREC defiende el eclecticismo técnico siempre que las técnicas sirvan para conseguir los objetivos terapéuticos. Las técnicas no recomendables cuando se lleva a cabo TREC son:
  • Técnicas que faciliten o incrementen la dependencia (refuerzo positivo)
  • Técnicas que animan a las personas a ser más crédulos, bienintencionados o sugestionables
  • Técnicas ineficaces o de larga duración (asociación libre o psicodinámicas)
  • Técnicas que ayudan a sentirse bien a corto plazo, pero no a largo plazo
  • Técnicas que distraen a los clientes de trabajar sus filosofías irracionales (Yoga, relajación, distracción cognitiva, etc..)
  • Técnicas anticientíficas (misticismo)
  • Técnicas que intentan cambiar las situaciones negativas sin identificar ni tratar de modificar previamente las creencias irracionales (terapia sistémica de cambio de roles y configuración familiar)
  • Técnicas de dudosa validez (PNL)

Aplicaciones, evidencia empírica y estudios de resultados


La TREC se ha aplicado a prácticamente cualquier tipo de trastornos o problema emocional y conductual. Dos tipos de estudios sobre la TREC: 1) los que tratan de constrastar empíricamente los principios teóricos, y 2) los que pretenden encontrar datos que apoyen la eficacia o efectividad de sus estrategias de intervención.


Evidencia empírica sobre la teoría racional emotiva conductual


El modelo ABC ha recibido un amplio y significativo apoyo empírico. Las creencias irracionales consideradas cogniciones valorativas se han encontrado como componentes fundamentales de diferentes trastornos emocionales. La tendencia al catastrofismo es un componente de la ansiedad y el dolor, mientras que descalificarse a uno mismo lo es del ánimo depresivo.

La falta de flexibilidad psicológica/pensamiento absolutista es una mecanismo cognitivo irracional primario, mientras que la falta de tolerancia a la frustración, el catastrofismo y la autodescalificación son mecanismo valorativos irracionales secundario. El pensamiento exigente como parte de un proceso de revaloración podría considerarse como un mecanismo de evaluación irracional secundario.

Hay un patrón específico de creencias irracionales en diferentes trastornos emocionales. El pensamiento exigente y la baja tolerancia a la frustración están presentes en los problemas de ira, la auto-descalificación global en el ánimo depresivo y catastrofismo y pensamiento exigente en los trastornos de ansiedad.

No hay evidencia empírica sobre si las creencias raciones e irracionales son polos opuestos de un único constructo unidimensional, o son dos dimensiones independientes, del funcionamiento biológico de las creencias raciones e irracionales, o de si las diferencias entre emociones saludables y no saludables son cualitativas o cuantitativas.








lunes, 7 de octubre de 2013

PERSONALIDAD Y TRASTORNOS DE PERSONALIDAD



http://www.prismasa.org/wp-content/uploads/2010/08/trastornos-ansiosos-dramaticos-raros-personalidad.jpgLa personalidad es el conjunto de características físicas, genéticas y sociales que reúne un individuo, y que lo hacen diferente y único respecto del resto de los individuos. En tanto, la interrelación y la comunión de todas estas características, generalmente estables, serán las que determinarán la conducta y el comportamiento de una persona y porque no también, de acuerdo a la estabilidad de las mismas, predecir la respuesta que puede dar un individuo al cual conocemos ante determinada circunstancia o estímulo.
Temperamento y carácter, uno tiene un origen genético y el otro de tipo social, es decir, lo determinará el ambiente en el cual vive el individuo, respectivamente.

La psicología ha contribuido, y profundamente, al establecimiento de evaluaciones o procesos de diagnóstico en materia de estudios de la personalidad.



Personalidad paranoide

Las personas con una personalidad paranoide proyectan sus propios conflictos y hostilidades hacia otros. Son generalmente frías y distantes en sus relaciones. Tienden a encontrar intenciones hostiles y malévolas detrás de los actos triviales, inocentes o incluso positivos de otras personas y reaccionan con suspicacia a los cambios en las situaciones. A menudo, las suspicacias conducen a conductas agresivas o al rechazo por parte de los demás (resultados que parecen justificar sus sentimientos originales).
Los que tienen una personalidad paranoide frecuentemente intentan acciones legales contra otros, especialmente si se sienten indignados con razón. Son incapaces de ver su propio papel dentro de un conflicto. Aunque suelen trabajar en relativo aislamiento, pueden ser altamente eficientes y concienzudos.


Personalidad esquizoide

Las personas con una personalidad esquizoide son introvertidas, ensimismadas y solitarias. Son emocionalmente frías y socialmente distantes. A menudo están absortas en sus propios pensamientos y sentimientos y son temerosas de la aproximación e intimidad con otros. Hablan poco, son dadas a soñar despiertas y prefieren la especulación teórica a la acción práctica. La fantasía es un modo frecuente de enfrentarse a la realidad.


Personalidad esquizotípica

Las personas con una personalidad esquizotípica, al igual que aquellas con una personalidad esquizoide, se encuentran social y emocionalmente aisladas. Además, desarrollan pensamientos, percepciones y comunicaciones insólitas.
Algunas personas muestran signos de pensamiento mágico (la idea de que una acción particular puede controlar algo que no tiene ninguna relación con ella). Por ejemplo, una persona puede creer que va a tener realmente mala suerte si pasa por debajo de una escalera o que puede causar daño a otros teniendo pensamientos de ira. La gente con una enfermedad esquizotípica puede tener también ideas paranoides.


Personalidad histriónica

Las personas con una personalidad histriónica (histérica) buscan de un modo notable llamar la atención y se comportan teatralmente. Sus maneras vivamente expresivas tienen como resultado el establecer relaciones con facilidad pero de un modo superficial. Las emociones a menudo aparecen exageradas, infantilizadas e ideadas para provocar la simpatía o la atención (con frecuencia erótica o sexual) de los otros. La persona con personalidad histriónica es proclive a los comportamientos sexualmente provocativos o a sexualizar las relaciones no sexuales. Pueden no querer en realidad una relación sexual; más bien, sus comportamientos seductores a menudo encubren su deseo de dependencia y de protección. Algunas personas con personalidad histriónica también son hipocondríacas y exageran sus problemas físicos para conseguir la atención que necesitan.


Personalidad narcisista

Las personas con una personalidad narcisista tienen un sentido de superioridad y una creencia exagerada en su propio valor o importancia, lo que los psiquiatras llaman “grandiosidad”. La persona con este tipo de personalidad puede ser extremadamente sensible al fracaso, a la derrota o a la crítica y, cuando se le enfrenta a un fracaso para comprobar la alta opinión de sí mismos, pueden ponerse fácilmente rabiosos o gravemente deprimidos. Como creen que son superiores en las relaciones con los otros, esperan ser admirados y, con frecuencia, sospechan que otros los envidian. Sienten que merecen que sus necesidades sean satisfechas sin demora y por ello explotan a otros, cuyas necesidades o creencias son consideradas menos importantes.


Personalidad antisocial

Las personas con personalidad antisocial (en otro tiempo llamada psicopática o personalidad sociopática), la mayor parte de las cuales son hombres, muestran desprecio insensible por los derechos y los sentimientos de los demás. Explotan a otros para obtener beneficio material o gratificación personal (a diferencia de los narcisistas, que creen que son mejores que los otros). Característicamente, tales personas expresan sus conflictos impulsiva e irresponsablemente. Toleran mal la frustración y, en ocasiones, son hostiles o violentas. A pesar de los problemas o el daño que causan a otros por su comportamiento antisocial, típicamente no sienten remordimientos o culpabilidad. Al contrario, racionalizan cínicamente su comportamiento o culpan a otros. Sus relaciones están llenas de deshonestidades y de engaños. La frustración y el castigo raramente les ocasionan la modificación de sus conductas.
Las personas con personalidad antisocial son frecuentemente proclives al alcoholismo, a la toxicomanía, a las desviaciones sexuales, a la promiscuidad y a ser encarceladas. Son propensas a fracasar en sus trabajos y a trasladarse de un sitio a otro.


Personalidad límite

La personalidad límite se hace evidente al principio de la edad adulta pero la prevalencia disminuye con la edad. Estas personas han sido a menudo privadas de los cuidados necesarios durante la niñez. Consecuentemente se sienten vacías, furiosas y merecedoras de cuidados.
Cuando las personas con una personalidad límite se sienten cuidadas, se muestran solitarias y desvalidas, frecuentemente necesitando ayuda por su depresión, el abuso de sustancias tóxicas, las alteraciones del apetito y el maltrato recibido en el pasado. Sin embargo, cuando temen el abandono de la persona que las cuida, su humor cambia radicalmente. Con frecuencia muestran una cólera inapropiada e intensa, acompañada por cambios extremos en su visión del mundo, de sí mismas y de otras (cambiando del negro al blanco, del amor al odio o viceversa pero nunca a una posición neutra). Si se sienten abandonadas y solas pueden llegar a preguntarse si realmente existen (esto es, no se sienten reales). Pueden devenir desesperadamente impulsivas, implicándose en una promiscuidad o en un abuso de sustancias tóxicas. A veces pierden de tal modo el contacto con la realidad que tienen episodios breves de pensamiento psicótico, paranoia y alucinaciones.


Personalidad evitadora

La gente con una personalidad evitadora es hipersensible al rechazo y teme comenzar relaciones o alguna otra cosa nueva por la posibilidad de rechazo o de decepción. Estas personas tienen un fuerte deseo de recibir afecto y de ser aceptadas. Sufren abiertamente por su aislamiento y falta de habilidad para relacionarse cómodamente con los otros. A diferencia de aquellas con una personalidad límite, las personas con una personalidad evitadora no responden con cólera al rechazo; en vez de eso, se presentan tímidas y retraídas. El trastorno de personalidad evitadora es similar a la fobia social.


Personalidad dependiente

Las personas con una personalidad dependiente transfieren las decisiones importantes y las responsabilidades a otros y permiten que las necesidades de aquellos de quienes dependen se antepongan a las propias. No tienen confianza en sí mismas y manifiestan una intensa inseguridad. A menudo se quejan de que no pueden tomar decisiones y de que no saben qué hacer o cómo hacerlo. Son reacias a expresar opiniones, aunque las tengan, porque temen ofender a la gente que necesitan. Las personas con otros trastornos de personalidad frecuentemente presentan aspectos de la personalidad dependiente, pero estos signos quedan generalmente encubiertos por la predominancia del otro trastorno. Algunos adultos con enfermedades prolongadas desarrollan personalidades dependientes.


Personalidad obsesivo-compulsiva

Las personas con personalidad obsesivo-compulsiva son formales, fiables, ordenadas y metódicas pero a menudo no pueden adaptarse a los cambios. Son cautos y analizan todos los aspectos de un problema, lo que dificulta la toma de decisiones. Aunque estos signos están en consonancia con los estándares culturales de occidente, los individuos con una personalidad obsesivo-compulsiva toman sus responsabilidades con tanta seriedad que no toleran los errores y prestan tanta atención a los detalles que no pueden llegar a completar sus tareas. Consecuentemente, estas personas pueden entretenerse en los medios para realizar una tarea y olvidar su objetivo. Sus responsabilidades les crean ansiedad y raramente encuentran satisfacción con sus logros.
Estas personas son frecuentemente grandes personalidades, en especial en las ciencias y otros campos intelectuales en donde el orden y la atención a los detalles son fundamentales. Sin embargo, pueden sentirse desligadas de sus sentimientos e incómodas con sus relaciones u otras situaciones que no controlan, con eventos impredecibles o cuando deben confiar en otros.


Personalidad pasiva-agresiva

Los comportamientos de una persona con una personalidad pasiva-agresiva (negativista) tienen como objetivo encubierto controlar o castigar a otros. El comportamiento pasivo-agresivo es con frecuencia expresado como demora,  y malhumor. A menudo, los individuos con una personalidad pasiva-agresiva aceptan realizar tareas que en realidad no desean hacer y luego proceden a minar sutilmente la finalización de esas tareas. Ese comportamiento generalmente sirve para expresar una hostilidad oculta.


Trastornos de la personalidad


Los trastornos de la personalidad se caracterizan por patrones de percepción, reacción y relación que son relativamente fijos, inflexibles y socialmente desadaptados, incluyendo una variedad de situaciones.

Clasificación de los trastornos de personalidad DSM IV
Criterio Categorial

Grupo A
Raros e Introvertidos
Grupo B
Dramático-emocional
Grupo C
Ansioso-temeroso
Apéndices
A y B
Paranoide
Antisocial
Evitativo
Pasivo-Agresivo
Esquizóide
Limítrofe
Dependiente
Depresivo
Esquizotipico
Histriónico
Obs. Compulsivo
Sádico

Narcisista

Autodestructivo


El DSM-IV enumera los criterios diagnósticos generales que debe cumplir un trastorno de la personalidad, además de los criterios específicos para cada trastorno de la personalidad en particular:

·         A. Un patrón permanente de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto. Este patrón se manifiesta en dos (o más) de las áreas siguientes:
1.  Cognición (p. ej., formas de percibir e interpretarse a uno mismo, a los demás y a los acontecimientos).
2.     Afectividad (p. ej., la gama, intensidad, labilidad y adecuación de la respuesta emocional)
3.     Actividad interpersonal.
4.     Control de los impulsos.
·         B. Este patrón persistente es inflexible y se extiende a una amplia gama de situaciones personales y sociales.
·         C. Este patrón persistente provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
·         D. El patrón es estable y de larga duración, y su inicio se remonta al menos a la adolescencia o al principio de la edad adulta.
·         E. El patrón persistente no es atribuible a una manifestación o a una consecuencia de otro trastorno mental.
F. El patrón persistente no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) ni a una enfermedad médica (p. ej., traumatismo craneal).    








Instrumento de Dx de la personalidad, FEDERACIÓN MEXICANA DE PSICOLOGÍA 







Paranoide
Esquizoide
Esquisotipica
Antisocial
Histriónico
Límite
Narciso
Dependiente
Obs. Com.
Pasivo-Agresivo
  Evitación


Biografía